Septiembre es el
nuevo horizonte para la vuelta a las aulas, si el Ministerio de Sanidad sigue
las recomendaciones del grupo de expertos que la Asociación Española de
Pediatría ha convocado para asesorar al Gobierno. La opinión entre los ocho especialistas que lo forman —plasmada en un
informe todavía en proceso de elaboración— es que los colegios no están
preparados para reanudar las clases con las cautelas necesarias antes de
septiembre.
Entre los expertos hay un psiquiatra infantil, un especialista en
enfermedades infecciosas, expertos en ética del ejercicio pediátrico y atención
primaria, entre otros. “No es prudente abrir los centros escolares en las
actuales circunstancias y damos lo que queda de curso por perdido”, dicen desde
la comisión. El coordinador del
equipo de trabajo, el psiquiatra infantil José Luis Pedreira, ya advirtió que la reapertura de los centros escolares no podría ser normal
porque había que tomar las medidas de distanciamiento físico adecuadas. “No se
va a volver a los coles antes de septiembre porque es imposible cumplir el
distanciamiento social de 1,5 metros", afirma.
Para los expertos,
la vuelta a la normalidad de los niños solo podrá ir en paralelo a la de los
adultos, y deberá tener los mismos condicionantes. Por eso, José Ramón Repullo,
jefe del Departamento de Planificación y Economía de la Salud de la Escuela
Nacional de Sanidad, cita los criterios de la Organización Mundial de la Salud
(OMS) para el desconfinamiento. Seis puntos que podrían resumirse en control de
la epidemia, sobre todo en lugares concurridos, y la educación de la sociedad: “el cuadro que se podría dibujar para la vuelta al cole con seguridad en España
sería en septiembre, con mascarillas, escalonando la asistencia, primero los
cursos superiores de bachillerato y secundaria, combinando clases presenciales
y virtuales, y flexibilizando los horarios en los centros educativos”, explica
Repullo.
Bassat coincide. “La vuelta será a medio gas. Se harán recomendaciones
generales de separación e higiene, pero habrá que adaptarlas. No es lo mismo un
colegio de 300 alumnos que uno de 3.000. Al principio habrá que mantener la
distancia física, no se podrán formar grupos de más de tres o cuatro personas,
y habrá mucha clase online y poca presencial”, añade. Y ello
si todo va bien. Para todo el mundo
esta situación es nueva y única, por lo que hay que aprender sobre la marcha.
Tanto es así que el presidente de la Sociedad Española de Epidemiología, Pere
Godoy, dice que “van a tener una reunión para estudiarlo”, porque admite que
“no hay experiencias sobre las que basarse”.
Repullo añade que los criterios de la OMS “permiten también ajustar estrategias
por áreas geográficas”, en función de la evolución de la pandemia. Eso podría
llevar a diferentes normas en diferentes comunidades autónomas. Y apunta
algunas ideas más: “En infantil y primaria el distanciamiento físico es
impracticable; podría reducirse con turnos por días de la semana”, pero esto
desmontaría la conciliación familiar y laboral. “No imagino a niños pequeños
(ni a adolescentes o jóvenes) usando mascarillas o evitando tocarse en los
juegos, abrazos y peleas habituales; y tampoco sería imaginable el
confinamiento en aulas o patios, ya que ambas instalaciones son parte de la
vida escolar habitual”, dice el epidemiólogo. En cambio, secundaria y
bachillerato podrían organizarse para que coincidieran menos alumnos en el
mismo espacio.
Y añade que debería priorizarse: “La escolarización de niños con desventaja
social y hacinamiento doméstico, y con ausencia de recursos informáticos y
familiares de apoyo”.
Otra de las inquietudes de las familias es cómo gestionar si deben volver al
trabajo con los colegios cerrados y que sean otros familiares los que tengan
que llevar los niños al cole. “No deben ser sus abuelos y los colegios deberían
considerar franjas horarias más amplias y flexibles para dejar que los padres
recojan a sus niños cuando salgan de los trabajos”, apunta Repullo. Y señala
también que los colegios refuercen las medidas higiénicas, como el lavado de
manos y que los profesores “han de estar particularmente protegidos,
especialmente si tienen alguna condición de salud que les haga vulnerables”.
Estas son las fases de la desescalada para los centros educativos. ¡Ánimo a todos!. Está siendo muy duro y muy desconcertante pero al final...qué duda cabe...la salud es lo primero. Y en septiembre un cole nuevo abrirá sus puertas para recibiros y que le deis vida y alma...porque sin vosotros...esto no tiene ningún sentido. Os quiero mucho, y os echo de menos cada día más.
Bassat coincide. “La vuelta será a medio gas. Se harán recomendaciones generales de separación e higiene, pero habrá que adaptarlas. No es lo mismo un colegio de 300 alumnos que uno de 3.000. Al principio habrá que mantener la distancia física, no se podrán formar grupos de más de tres o cuatro personas, y habrá mucha clase online y poca presencial”, añade. Y ello si todo va bien. Para todo el mundo esta situación es nueva y única, por lo que hay que aprender sobre la marcha. Tanto es así que el presidente de la Sociedad Española de Epidemiología, Pere Godoy, dice que “van a tener una reunión para estudiarlo”, porque admite que “no hay experiencias sobre las que basarse”.
Y añade que debería priorizarse: “La escolarización de niños con desventaja social y hacinamiento doméstico, y con ausencia de recursos informáticos y familiares de apoyo”.
Otra de las inquietudes de las familias es cómo gestionar si deben volver al trabajo con los colegios cerrados y que sean otros familiares los que tengan que llevar los niños al cole. “No deben ser sus abuelos y los colegios deberían considerar franjas horarias más amplias y flexibles para dejar que los padres recojan a sus niños cuando salgan de los trabajos”, apunta Repullo. Y señala también que los colegios refuercen las medidas higiénicas, como el lavado de manos y que los profesores “han de estar particularmente protegidos, especialmente si tienen alguna condición de salud que les haga vulnerables”.
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